Una historia ignorada: Leptis Magna
Una revisión histórica del pasado de esta olvidada ciudad púnica de la Antigüedad.
La ciudad de Leptis Magna fue un importante centro púnico y posteriormente uno de los puertos romanos más importantes en África y en el Imperio. Su historia ha pasado desapercibida en gran medida al carácter pacífico de la ciudad, lo que la llevó a estar alejada de los grandes conflictos bélicos que marcaron el desarrollo de la Antigüedad. Su ausencia en estos ha llevado a historiadores de todas las épocas a ignorar su historia, pero los vestigios arqueológicos descubiertos en los últimos siglos dan cuenta de los ecos de un pasado que vale la pena revisar.
Las ruinas de la ciudad de Leptis Magna se encuentran junto a la ciudad moderna de Khoms, a unos 130 kilómetros al oeste de Trípoli, la capital de Libia. En la Antigüedad, la ciudad fue un importante centro púnico bajo el dominio cartaginés, y luego bajo dominio romano se transformó en uno de los principales puertos de África, adquiriendo notoriedad dentro del Imperio, incluso llegando a producir una dinastía imperial con la proclamación de Septimio Severo como emperador.
Hay varias razones por las que me interesa escribir sobre esta ciudad. En primer lugar, es una ciudad púnica (es decir, una colonia fenicia del Mediterráneo occidental), y todo lo relacionado a la cultura púnica llama mi atención. En segundo lugar, la ciudad estuvo bajo el dominio directo de Cartago por varios siglos, y es ahí donde reside mi mayor interés, en la relación entre ambas ciudades. En general, entre los historiadores prevalece la opinión de que la ciudad fue fundada por colonos tirios, pero en las últimas décadas la evidencia arqueológica que ha ido surgiendo da cuenta de una presencia cartaginesa que se remite prácticamente a los orígenes de la ciudad. La profesora Josephine Quinn (In Search of the Phoenicians, 2018) incluso plantea la posibilidad de que Leptis Magna haya sido fundada por colonos cartagineses.
Pero antes de sumergirnos en una discusión bibliográfica, vamos a las fuentes. Salustio, quien fue gobernador romano de la provincia de África en el siglo I a. C., sostiene que la ciudad fue fundada por colonos fenicios de Sidón (Iug. 78. 1). En cambio, Plinio el Viejo sostiene que Leptis Magna fue fundada por colonos de la ciudad de Tiro (Hist. Nat. 5. 76), algo en lo que concuerda el poeta Silio Itálico, quien también presenta la ciudad como una colonia tiria (3. 256). En general, esta es la opinión que prevalece entre los historiadores modernos; que Leptis era una colonia tiria. La evidencia arqueológica permite datar la fecha de la fundación de la ciudad entre finales del siglo VII y principios del VI a. C., y lo cierto es para inicios del siglo V a. C. la ciudad ya se encontraba bajo la esfera de poder cartaginesa.
Heródoto (5. 42) cuenta que a finales del siglo VI a. C. Dorieo de Esparta fundó una colonia a unos veinte kilómetros al este de Leptis Magna, la cual llamó Cinipo. Este asentamiento espartano se enfrentó de inmediato a la resistencia de los cartagineses, quienes lograron expulsar a Dorieo y sus colonos de África luego de dos años. El registro de este hecho es significativo ya que confirma que la ciudad estaba bajo dominio cartaginés para finales del siglo VI a. C., en una época muy cercana al período de su fundación.
Los lazos entre ambas ciudades son estrechos. Cartago fue fundada por colonos tirios a finales del siglo IX a. C., y si se considera la opinión prevaleciente entre los académicos, Leptis también habría sido fundada por tirios poco más de un siglo después. En ese sentido, ambas ciudades compartirían un origen fundacional, a lo cual se puede añadir el idioma, la religión y el sistema político.
Esto podría explicar, considerado a Leptis como una colonia tiria, que haya pedido ayuda a los cartagineses con el problema de los colonos espartanos de Dorieo, en cuanto que podían ver a Cartago como una ciudad hermana dispuesta a defenderlos. Otra posibilidad que puede explicar la intervención cartaginesa en el asunto de Dorieo es que Leptis Magna efectivamente haya sido una colonia cartaginesa. Me parece que de momento hay un factor que permite apoyar esta teoría. La datación que se ha establecido para la fundación de Leptis Magna coincide en gran medida con la evidencia arqueológica que demuestra la presencia cartaginesa en la ciudad, sobre todo si se establece la fundación de la ciudad a inicios del siglo VI a. C. El hecho de que podamos atestiguar una marcada presencia cartaginesa que va desde vestigios arquitectónicos a monedas y restos de ánforas, hace plausible la posibilidad de que la ciudad se haya levantado con colonos cartagineses.
Al respecto, el profesor Whittaker (The Western Phoenicians: Colonization and Assimilation, 1974) sostiene que no hay dudas de que Leptis fue una colonia cartaginesa, pero esto no implicaría necesariamente que la ciudad fue fundada por colonos cartagieses, sino que puede haber sido absorvida por Cartago en un proceso de sub-colonización. La idea de que Leptis haya sido fundada por Cartago también es plausible porque los cartagineses efectivamente tuvieron una política exterior que contemplaba la colonización como un medio para controlar recursos o rutas comerciales.
El tema de las colonias de Cartago es uno que en general ha sido ampliamente ignorado, y hasta donde llega mi conocimiento, no hay monografías o investigaciones publicadas dedicadas exclusivamente al tema. Fundada en el 227 a. C., Nueva Cartago (actual Cartagena en España) es quizás el ejemplo más famoso de una colonia fundada por cartagineses, pero también existen otros casos como el de Ibiza (en las Islas Baleares), fundada en el 654 a. C., o Thymiaterion (actual Tanger en Marruecos), fundada entre el siglo VII y el VI a. C. Leptis Magna podría ser una más en la lista de colonias fundadas por los cartagineses en el Mediterráneo occidental.

La profesora Howard (Western Phoenicians at Lepcis Magna, 1965) plantea que la existencia de vestigios arquitectónicos típicos de la ciudad de Tiro que se remontan al primer siglo de existencia de la ciudad permiten descartar la idea de que la ciudad haya sido fundada por colonos cartagineses. Al respecto cabe decir que la propia Cartago fue fundada por tirios que trajeron consigo su cultura, entre ellos sus estilos arquitectónicos, los cuales los cartagineses reprodujeron a la vez que iban introduciendo lentamente elementos de otras culturas como el de las tribus libias, la griega y la egipcia. La presencia de elementos arquitectónicos tirios en Leptis puede haber sido traído por los propios colonos cartagineses. Negar esa posibilidad implica desconocer los propios orígenes de Cartago.
Hay más argumentos que se pueden dar a la hora de tratar de definir los orígenes de Leptis Magna, pero de momento solo se puede especular. Ni siquiera yo tengo una postura definida sobre el tema, pero de ninguna forma descarto la idea de que la ciudad haya sido fundada por Cartago; es más, me parece muy posible. Pero este no es un ensayo sobre los orígenes de Leptis, así que volvamos a su historia.
Como mencioné al principio de este artículo, el carácter predominantemente pacífico de los habitantes de Leptis y las moderadas ambiciones de sus gobernantes hicieron que la ciudad estuviese ausente de los principales conflictos bélicos que moldearon la historia del Mediterráneo antiguo, lo que a su vez repercutió en el interés –casi nulo– que tuvieron los historiadores de distintas épocas por dejar un registro y explicar el pasado de esta ciudad. Esa falta de interés, que se tradujo en la ausencia de fuentes literarias, ha hecho que incluso hoy en día los historiadores modernos miren hacia otras partes cuando investigan la historia de las ciudades fenicias. Eclipasa por ciudades como Tiro, Sidón y la propia Cartago, Leptis ocupa un lugar marginal en los estudios modernos.
Ahora, esto no quiere decir que no se pueda decir algo sobre la historia de Leptis. Lo cierto es que pocas décadas después de su fundación la ciudad ya se encontraba bajo control cartaginés, como da cuenta el asunto de Dorieo. La ciudad formó parte de los dominios cartagineses hasta la destrucción de Cartago en el 146 a. C. y de ahí pasó a control de los reyes númidas, hasta que su reino, y por consiguiente la ciudad, fueron absorvidos por el Imperio romano en el 46 a. C., momento en que los gobernantes de Leptis decidieron apoyar a Pompeyo en su guerra civil contra César.
Durante todos esos siglos, la ciudad disfrutó de gran independencia respecto a sus asuntos internos. Las instituciones gubernamentales y religiosas establecidas por sus antepasados tirios –o cartagineses– tuvieron una continuidad que perduró a lo largo de toda la Antigüedad, incluso bajo dominio romano. En ese sentido, y a pesar de su romanización, Leptis cumplió el rol de ser un importante centro de la cultura púnica. Una anécdota que involucra al emperador Septimio Severo demuestra hasta qué punto lo púnico seguía arraigado a la ciudad a finales del siglo II d. C. (recordemos que Severo y su familia eran originarios de Leptis). Se dice que una vez el emperador invitó a su hermana a visitarlo a Roma, pero tuvo que enviarla de vuelta a Leptis ya que el nivel de su latín era muy malo, lo cual avergonzaba a Severo (HA. Sev. 15. 7). El hecho de que la hermana del emperador no hablase bien latín ha sido visto por los historiadores modernos como una prueba más de que en Leptis el púnico seguía siendo el idioma predominante de sus habitantes.
Sin duda el latín se hablaba en Leptis, pero se restringía principalmente a sectores de la elite que tenían conexiones con familias senatoriales en Roma o que estaban involucradas directamente en el gobierno de la ciudad. En ese sentido, el latín era el idioma administrativo y burocrático, pero el púnico era el idioma predominante en la ciudad.
Desde la proclamación de Augusto como primer emperador de Roma los gobernantes de Leptis buscaron mostrarse como leales con él y sus sucesores, lo que le valió el favor de la administración imperial, un proceso que llevó a posicionar a Leptis como una de las principales ciudades de África y que culminó con la proclamación de uno de sus ciudadanos, Septimio Severo, como emperador de los romanos. En la década del 70 d. C. la ciudad fue reconocida como un municipio por el emperador Vespasiano, y en el 109 d. C. accedió al estatus de colonia romana.
A pesar de que Severo se avergozaba del mal latín de su hermana y buscó ocultarla de la corte imperial al enviarla de regreso a Leptis, el emperador jamás renegó de sus orígenes, y durante su gobierno llevó a cabo un ambicioso plan de urbanización y embellecimiento de la ciudad, el cual implicó la construcción de un nuevo foro, el levantamiento de templos, la reconstrucción de la bahía y el puerto, y nuevas vías que conectaban los principales puntos de la colonia.

Con la caída de la dinastía severa, la ciudad entró en un lento proceso de decadencia que la llevó a reducir drásticamente su influencia en los asuntos imperiales, así como su protagonismo en el comercio dentro del Imperio, aun cuando poseía uno de los puertos más grandes de África, solo superados por los de Cartago y Alejandría. En el 303 d. C. la ciudad vivió un nuevo proceso de revitalización al ser nombrada como la capital de la nueva provincia romana de Tripolitana, pero este fue interrumpido con la invasión vándala de África en el 429 d. C., donde la ciudad fue saqueada y despoblada, sus habitantes posiblemente esclavizados por los vándalos.
Así termina la historia de esta ciudad de la Antigüedad, como el de muchas otras ciudades, de forma abrupta y violenta, con una destrucción que solo deja vestigios a la espera de ser encontrados para contarnos fragmentos de lo que sucedió. La tarea de estudiar la historia de Leptis Magna es difícil, por decir lo menos, pero es escencial para un mejor comprendimiento de la historia de las ciudades púnicas del Mediterráneo occidental. Espero poder contarles más en un futuro sobre esta ciudad.